Esa palabra se repetía tantas veces en la mente de ella como para llegar a perder el sentido.
Cobardía.. cobardes.
No tenía derecho a juzgarlo, pues ella también estaba actuando como una cobarde. Pensaba que quizás con un poco de valentía, lograría su cometido... morir de una puta vez. Pero no lo hacía ¿Porque? porque era una cobarde, no había otra razón. Lo sabía todo.. sabía como quería que sucediera, cuando, donde y siempre dejando claro el porque de tal decisión. Sus amigas, las mejores que ha tenido, sin querer , le habían proporcionado la forma, la cantidad y el como hacerlo. También debía agradecerle a Cielo, porque ahora sabía que 40 pastillas de Ravotril ( Como amó esas pastillas en su momento... y como las amaba ahora aun más) y una botella de vino, no eran suficientes para morir, asi que debía duplicar la dosis y quizás cambiar el licor, por que el vino nunca fue su favorito. Tenía hasta el día perfecto, un 25... pase lo que pase , siempre será cualquier 25 de cualquier mes. Y el porque, eso pensaba dejarlo en claro, por cualquier medio...quizás a travéz de una carta pues escribir siempre fue su don, pero sería la carta mas desgarradora que jamás se haya escrito, pidiendo disculpas por el daño cometido, pero también comprensión porque ella no podía cargar mas con la pena que llevaba. El lugar, su pieza. Ese había sido su refugio, su lugar, su espacio. El de ambos.
Lo tenía todo planeado! y no lo llevaba a cabo. Una motivación mas, y jura que lo hara.
Si ya no le importaba a el como ella estaba, no había razones para seguir con vida.
Si ya no había amor en el cuerpo de el hacía ella, ella no quería vivir.
Si el ya tenía una nueva mujer en sus sueños, ella lo odiaba, lo detestaba, quería morir.
Si todo había sido una mentira... de comienzo a fin, ella no quería sentir.
sábado, 16 de agosto de 2008
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